Todo empezó desde aquel día que me llego una invitación ala casa, que iban a formar un club nuevo llamado embajadores, la verdad no le puse mucha atención, pero había algunas motivaciones por que quise asistir a una de las primeras reuniones de aquel gran proyecto en la iglesia el Edén.
Junio de 2016, recuerdo aquel día donde empezamos como grupo a generar recursos, ideas, integraciones donde fueron llegando más miembros al club, una de las cosas que más me gusto es que iba hacer un club diferente a los demás, que iba de un rango a otro de edad, y me interesó porque no me sentía a gusto a la edad que tenía en ese entonces en volver a entrar a clubes. Fueron pasando los días y cada día me fui interesando más, hasta que llegó el primer boletín del campamento de Embajadores, me sentía muy feliz porque son una de las cosas que más me gusta, el hecho de competir y tomar experiencias en ellos. Nos fuimos preparando en cada una de las actividades haciendo ventas para generar recursos para la conseguir muchos utensilios que necesitábamos y para poder asistir a este gran evento, fue una experiencia espectacular donde pudimos tener excelentes resultados y poder darlos a la iglesia como evidencia que el club estaba para grandes logros.
Llega lo más interesante y es llenar requisitos donde la pañoleta de Embajadores no se la dan por ser miembro, hay que ganarla, es un proceso de llenar ciertas clases y asistir a un campamento donde no conocía como era eso y fue super genial al ver lo difícil que fue aquel primer campamento de iniciación donde pasé hambre, el no poder dormir y lo peor fué que no me pude ganar la pañoleta, pero me pude llevar algo interesante, y fue el hecho de que me pude conocer un poco más y el poder prepararme mejor para el próximo.
Llego el segundo campamento y se pudo lograr, junto con algunos compañeros ganar la pañoleta, recuerdo aquel día que me la estaban colocando sobre mi cuello me sentía orgulloso de mi mismo, pero no duró mucho aquella felicidad porque hay unas reglas para el manejo de la pañoleta y no fui cuidadoso en eso y la perdí, me sentí un poco triste de mí mismo, pero no fue motivo para de pronto salirme o desanimarme.
Ahora estoy cursando otra tarjeta llamada Excursionista y mi gran objetivo ahora es obtener mi investidura. Mi experiencia en el Club de Embajadores Gedeón, ha sido muy buena, me he formado mejor como persona, es una de las fundaciones del Club y es formar líderes para el reino de Dios.
Puedo decir que es una de las mejores cosas que me han pasado y me ha ayudado en mi vida personal y es claro que me seguiré formando hasta que Dios me permita continuar en el club, y poder dar todo de mi para ayudar a aquellos que están comenzando.
Así que somos embajadores de cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de cristo: reconciliados a Dios.
2 Corintios 5: 20.